domingo, 6 de septiembre de 2009

LA CASA DE SALSIPUEDES.........


A mis hijos:

Pablo: Mi cable a tierra.....
Lucrecia: Mi cascabel......


...........Las golondrinas regresaban,‭ ‬los árboles comenzaban a brotar y a florecer,‭ ‬el alba despuntaba.‭ ‬Papá,‭ ‬como todas las mañanas,‭ ‬hacía sus preparativos con la vieja Voutiré para viajar a Córdoba,‭ ‬por Pajas Blancas.‭ ‬Tenía‭ ‬37‭ ‬años y no faltaba nunca a su trabajo a pesar que el camino era sinuoso,‭ ‬de tierra y‭ ‬lleno de pozos.‭ ‬Más de cuarenta kilómetros de trayecto,‭ ‬ida y vuelta.
Él sabía que ese día,‭ ‬justamente ese día,‭ ‬no tenía que viajar,‭ ‬ya que en los pasillos de Tribunales se decían cosas,‭ ‬todos‭ “‬cuchicheaban‭”‬,‭ ‬sobretodo los estudiantes.‭ ‬Aún así,‭ ‬partió.‭ ‬En el Aeropuerto lo detuvo una patrulla de militares,‭ ‬los aviones iban y venían,‭ ‬se tenía que volver porque no lo dejaron entrar a la ciudad.
Durante toda la jornada estuvo escuchando su antigua radio a válvulas,‭ ‬donde pasaban música clásica,‭ ‬música sacra y bandos militares.
La Revolución estaba en marcha,‭ ‬fue bombardeada la casa Rosada en Buenos Aires.
‭¡‬Qué contentos estaban mis padres‭!‬.......
Yo no comprendía nada,‭ ‬no sólo por mi escasa edad,‭ ‬sino por lo contradictorio de todo aquello:‭ ‬Hablaban de heridos,‭ ‬tiroteos,‭ ‬fusilamientos y de‭ “‬Libertad‭”‬.‭ ¿‬Cómo se pueden compatibilizar ambas cosas‭?‬.‭ ‬Aún hoy‭ (‬con mis cincuenta años encima‭)‬,‭ ‬no lo puedo comprender.‭ ‬Recuerdo que lloraba y rezaba en silencio,‭ ‬sin saber por qué,‭ ‬con una angustia que embargaba mi alma y mi corazón que‭ ‬hasta la actualidad,‭ ‬he guardado celosamente ese secreto.
La algarabía y la alegría de mis vecinos daban la nota que faltaba para terminar de confundirme,‭ ‬la de papá y mamá también.‭ ‬Continuaba así en los días siguientes,‭ ‬cuando salían y se reunían en la calle y sus manos esperanzadas y entrelazadas en un acto de comunión comenzaban a elevarse hacia el cielo,‭ ‬agitando pañuelos del color de la paz,‭ ‬como si fueran blancas palomas que revoloteaban y se desprendían de ellas,‭ ‬saludando a los aviones‭ “‬libertadores‭”‬,‭ ‬que daban vueltas,‭ ‬hacían piruetas,‭ ‬y volaban muy,‭ ‬pero muy bajito.................‭
‭Todo este acontecer se desarrollaba allí, en «Ella», «la Casa de Salsipuedes»......
‭............... ‬Cuántos amores,‭ ‬cuántos desatinos,‭ ‬cuántos llantos,‭ ‬cuántas tristezas,‭ ‬cuántas alegrías,‭ ‬cuántas penas,‭ ‬cuántos errores llenaron la casa‭!‬.
Sombría en invierno,‭ ‬radiante y resplandeciente en verano.‭ ‬Sombría,‭ ‬pero cálida,‭ ‬con sus estufas de leña,‭ ‬con el brasero para el mate de la tarde,‭ ‬con la cocina económica,‭ ‬que además de cocinar y dar agua caliente todo el día a la casa,‭ ‬siempre estaba presente el aroma a guisos,‭ ‬a mazamorras,‭ ‬a sopas y a mate cocido que hacía la Angelita,‭ ‬con una mezcla de olor a kerosene y a leña durante toda la jornada.
La puerta de entrada,‭ ‬con un pequeño jardín,‭ ‬repleto de calas y rosales,‭ ‬con su elevada escalera de piedra que llevaba al zaguán central de forma ovalada,‭ ‬con grandes y pequeños ventanales de rejas negras y cortinas de lona anaranjada hasta el suelo.
La textura lisa de la fachada,‭ ‬siempre blanca e inmaculada le daban un aspecto señorial a la casa.
Sus amplias habitaciones,‭ ‬de paredes muy altas,‭ ‬con arañas con velitas que pendían del techo,‭ ‬sus mosaicos antiguos de figuras geométricas de todos colores.
El baño,‭ ‬sin azulejos,‭ ‬sin cerámicos,‭ ‬solo con un simple y rústico estucado.
Todo el mobiliario de la casa era extraño y variado,‭ ‬un vasto cristalero que contenía copas,‭ ‬copitas y jarrones de vidrios todos facetados,‭ ‬de distintos tipos,‭ ‬grandes,‭ ‬chicos y estilos diferentes.‭ ‬Los aparadores con figuras de felinos carniceros,‭ ‬de tinte muy oscuro,‭ ‬con espejos de modelos distintas e inusuales para la época.‭ ‬Sillas,‭ ‬mesas y sillones‭ ‬todos torneados con figuras de patas de leones o de tigres,‭ ‬con caras raras con formas de tótem de las viejas tribus ancestrales.
Un imponente hogar de ladrillos vistos parecía que‭ “‬regenteaba‭” ‬en el centro‭ ‬del living.
Tanto en la cocina y como en las habitaciones había mucha mezcla de muebles,‭ ‬algunos viejos,‭ ‬otros nuevos y no tanto:‭ ‬camas de algarrobo,‭ ‬toilletes con mármoles rosados o grises con voluminosos vidrios ovalados,‭ ‬ni una sola mesita de luz,‭ ‬no había veladores,‭ ‬roperos con vidrios biselados todos torneados‭ ‬y con peculiares molduras‭ ‬antiguas.
Adornaban las paredes‭ ‬cuadros de más de cincuenta o cien años,‭ ‬vaya a saber quiénes eran estos personajes,‭ ‬Papá Jordán,‭ ‬el Abuelo no sé cuanto,‭ ‬el abuelo Belisario,‭ ‬la tía Ñata,‭ ‬el tío Eduardo que había fallecido cuando tenía veintitantos años,‭ ‬todos añejos y casi amarillentos.
En la cocina todo era precario,‭ ‬y con una simpleza inconmensurable.‭ ‬Además de la cocina económica había una a kerosene,‭ ‬sin heladera,‭ ‬con una alacena,‭ ‬embutida en la pared,‭ ‬de dimensiones diminutas,‭ ‬chiquita,‭ ‬estrecha,‭ ‬húmeda.‭ ‬Las sillas y las mesas de madera,‭ ‬pero madera añosa y despintada,‭ ‬donde la Angelita nunca se cansaba de hacer el pan casero.‭ ¡ ‬qué rico‭ ¡
A la salida de la cocina había un pequeñísimo patio,‭ ‬todo apisonado con cal,‭ ‬arena y poco cemento,‭ ‬una enredadera que daba jazmines blancos,‭ ‬grandes y muy perfumados que inundaban con su aroma toda la casa permanentemente,‭ ‬más el gran parral,‭ ‬de uvas blancas,‭ ‬chinches y otras uvas que nunca se pudo saber el color porque no se las vió madurar en‭ ‬40‭ ‬años.‭ ‬Daban sombra y humedad al ambiente y un perfume que al mezclarse con los jazmines,‭ ‬tan solo con evocarlo hasta el día de hoy lo percibo en mi memoria.
El patio de tierra que le seguía hasta el fondo era‭ ‬particular y variado:‭ ‬cubierto por tres olivos,‭ ‬tres perales,‭ ‬tres paraísos.....‭¡ ‬los paraísos‭ ¡‬......tres ciruelos,‭ ‬distintos tipos de durazneros,‭ ‬un manzano,‭ ‬un enorme limonero,‭ ‬dos higueras,‭ ‬dos damascos y la pequeña huerta,‭ ‬que solamente tenía tomates,‭ ‬lechuga colorada,‭ ‬rabanitos,‭ ‬zanahorias y perejil.‭ ‬En medio de todo este panorama había un tanque de agua siempre lleno de peces que salíamos a las siestas a buscar al río.
Más allá un gallinero,‭ ‬con una pequeña construcción de ladrillos y todo a su alrededor alambres de distintos tipos y colocados azarosamente.
Al fondo del predio había una pileta de natación,‭ ‬diminuta y con forma de pié o de bidet,‭ ‬y todo rodeado de la misma piedra de las escaleras del frente de la casa.
Contiguamente al patio,‭ ‬un‭ ‬parque,‭ ‬con tres aromos,‭ ‬tres espinillos,‭ ‬tres cocos,‭ ‬un tala y un chañar,‭ ‬y el imponente algarrobo blanco,‭ ‬que se abría en dos,‭ ‬inmenso y callado,‭ ‬hasta parecía sabio, que parecía hasta que hablaba y esa misma sensación tengo al día de hoy.
Todos ellos,‭ ‬los árboles,‭ ‬los muebles,‭ ‬los muros,‭ ‬las gallinas,‭ ‬los peces,‭ ‬sabían de los grandes y pequeños secretos de la casa,‭ ‬de sus venturas y sus desventuras,‭ ‬de los convenios tácitos,‭ ‬de las alianzas,‭ ‬de los acuerdos y desacuerdos,‭ ‬de los amores,‭ ‬de los desamores,‭ ‬las tristezas,‭ ‬las alegrías,‭ ‬las enfermedades,‭ ‬los logros,‭ ‬las peleas y las reconciliaciones.
En primavera se fundían el color‭ ‬de sus flores rojas,‭ ‬blancas,‭ ‬amarillas,‭ ‬rosadas con el olor,‭ ‬ese olor que siempre perdurará en ese‭ ‬parque.
En verano,‭ ‬el sol,‭ ‬como la luz de la vida abrasaba,‭ ‬con sus pájaros de distintos tipos y colores,‭ ‬que‭ ‬trinaban desde el amanecer‭; ‬todos los días una mandioca pegaba y golpeaba contra una de las ventanas con su pico y así se quedaba,‭ ‬horas y horas.....
Las mariposas revoloteando como si danzaran todo el día.‭ ‬A la siesta el infaltable molinete para regar y allí jugábamos los niños‭ ‬y se bamboleaban al son de las chicharras que no se detenían hasta la noche de aletear.....‭ ‬La noche,‭ ‬con sus bichitos de luz,‭ ‬los tuquitos,‭ ‬con una encantadora luna que alumbraba en todo su esplendor como dando paso a las estrellas fugaces que cruzaban el cielo.
El color ocre,‭ ‬amarillento,‭ ‬anaranjado,‭ ‬rojizo y arena,‭ ‬del otoño,‭ ‬iban dando un aspecto más melancólico al lugar,‭ ‬y las hojas caían y caían,‭ ‬como despreocupadas.
La nieve del invierno cubría el paisaje,‭ ‬las construcciones con su manto‭ ‬silencioso y,‭ ‬en‭ ‬esa blancura inmaculada todo parecía‭ ‬más tranquilo‭ ‬y apacible.‭ ‬Todos jugaban con ella y como un ritual no faltaban los muñecos a quienes se vestían con gorros,‭ ‬bufandas y zapatillas viejas.
La casa estaba siempre bulliciosa,‭ ‬llena de niños,‭ ‬siete vivíamos en ella y cada uno llevaba un par de amigos con los‭ ‬que jugábamos,‭ ‬peleábamos,‭ ‬llorábamos,‭ nos ‬acusábamos. Nos regañaban y luego estábamos nuevamente jugando,‭ ‬al‭ “‬Viejito de la Bolsa‭”‬,‭ ‬a las Escondidas,‭ ‬a La Payana,‭ ‬al Tejo,‭ ‬al Balero,‭ ‬al Ta-Te-Ti,‭ ‬al Trompo‭ ‬a hacer‭ ‬globos con agua y jabón y a disfrazarnos.‭ Nos‬ subíamos a los árboles y a los techos,‭ ‬sobretodo en épocas de carnaval para asustar y sorprender a los desprevenidos vecinos y transeúntes que caminaban distraídamente por la calle de tierra..........
Todos teníamos nuestros secretos, pasiones, ideales, conquistas, pesares, alegrías y conflictos y «Ella» lo sabía y los ha guardado celosamente hasta que alguien se anime algún día a desempolvarlos........


‭ ‬Sil

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