lunes, 21 de septiembre de 2009

LA LUCRE; "LUCRYNA", "PINCHESCA".....


LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO
Walt Whitman


¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?


LUCRECIA:
“La Lucre”,“Lucryna”, “Pinchesca”:
Todos tenemos una historia anterior al nacimiento, antes de que tus padres se quedaran embarazados, antes de que tus padres se casaran, antes de que tus padres se pusieran de novios, antes de que se conocieran, antes de.... antes de... antes de....,,,,,,,,,,No sabría decirte cuando comienza tu historia, pero sí se cuando empezó la historia de tu nombre: LUCRECIA.
Todo comenzó cuando le dijimos a tu hermano Pablo que iba a tener un hermanito. Inmediatamente y sin mediar otra palabra dijo: quiero una nena!!!! cómo si la fuéramos a comprar en algún almacén...!
El tenía más de seis añitos y no sé porqué ni de donde sacó la idea que te tenías que llamar “Lucrecia Pileta”. Nos reíamos y nuestras mentes tan esquematizadas no lograron entender que tu hermano era un niño, diferente de los adultos en su forma de pensar (porque no están contaminados todavía por la escuela «destrozadora de creatividades y cerebros infantiles, como digo yo después de haber pasado por las aulas de las escuelas en todos sus niveles como maestra»), que pensaba de otra manera: «como piensan los niños: cosas simples, creativas y mágicas»......
Lo peor es que no nos dábamos cuenta y lo más grave aún es que nosotros con veintitantos años, pensábamos igual que «esa escuela a la que me refiero».........(y no a la contraescuela a la que se refiere E. Galeano)
El tema es, que siguiendo con esto de la historia que tenemos antes de nacer, que nosotros todos, y cuando digo todos , son todos: padres, hermanito, abuelos, tías, vecinos, amigos, parientes, etc., etc., queríamos que fuera una nena y todos los números daban que ibas a ser un varón por lo cual no nos preocupábamos de un nombre para mujer, sí ya tenía el nombre para el varoncito: Javier.
Yo creía que iba a ser varón, es más, estaba segura, pero segura.... y cuando una semana antes de que nacieras fuimos a hacerme una ecografía, no le preguntamos al médico cuál era el sexo del bebé y estábamos los tres: tu papá, tu hermano y por supuesto yo...más bien los cuatro,...vos también.....
Tu papá me dijo algo que eras «patón», es decir patas grandes por lo que él suponía que eras un varón. ...qué tendría eso que ver!!!, esas son las cosas que uno ya tiene como prefabricadas: «si sos pata grande es porque sos varón»....en fin... más prejuicios...
El tema es que algo quise decirle a tu papá que no era del sexo del bebé y en eso entró el médico y lo único que escuchó fue el nombre de tu padre: Andrés y fue allí cuando Rossato espetó muy ceremoniosamente:....» Andrés!!! lindo nombre para varón!!!!..
Y así volvimos a casa, con esa idea los tres.
La cuestión es que en lo que a Pileta se refiere nunca lo entendimos, pero sí, a mi me gustó Lucrecia -supuestamente por creer nosotros que era algo así como original -lo que sí reconozco es que no era un nombre común pues nadie que conociéramos aparte de la Borgia lo había llevado, sólo se llamaban así algunas viejas del siglo pasado. .
Y bien, así fue que te inscribimos como Lucrecia, así a secas y sin segundo nombre como se estila en Argentina, y de paso con un solo apellido, pues como yo tenía dos y según tu papá era cosa de «pequeños burgueses» , también fue Quevedo así, a secas......
-Lo que no sabía tu papá que después de 26 años ibas a sacar la nacionalidad española y que te ponen como condición sin-ecuanom que portes los dos apellidos, del padre y de la madre...en fin, este es un paréntesis en lo que venía relatando....
Volviendo a tu nombre, a tu papá no le apetecía porque aseveraba que después te íbamos a llamar Lucre, así fue en parte, pero yo te bauticé Mi Pinchesquita, que traducido al criollo básico significaría algo así como Mi Princesita.
Lo sigues siendo, porque ya sabes que eso es lo que para mí representas, y siempre te he tratado como tal.
El tema es que por alguna razón del Universo o de los designios de Dios, te has llamado Lucrecia, “Mi Pinchesquita”, o sea Mi Princesita”.
Perteneces a esa especie de gente a las que las caracteriza un “Halo” especial de “Ángel” al igual que la Angelita y la Marce: las cualidades para triunfar en la vida, trabajadora, constante, luchadora con las cosas que te propones y quieres conseguir y una forma de moverte tan bamboleante, tan misteriosa como tu prima y abuela.
Andas también a “Tu aire”, sabes bien lo que quieres y trabajas mucho para ello, eres tesonera y consigues siempre lo que te propones, virtudes que son invalorables: tus energías y tu Norte bien definido, buena hermana y sobretodo buena hija. Trabajadora, capaz, responsable y ya casi se diría que eres adulta.
He tratado de darte todas las herramientas posibles para que te defiendas en la vida, sabes como moverte y te caracteriza una condición fundamental: la discreción y por sobre todas las cosas sabes guardar secretos.
Muchas, pero muchísimas cosas podría decir de vos, todas lindas virtudes, pero como soy tu madre se pensará que no logro ver tus defectos y errores. Todos los tenemos, somos humanos y es así como también digo, al igual que las “Otras dos Ángeles”, Marce y Angelita, cuando quieres joder, jodes, y te pones tan insoportable, porque tienes la astucia de saber bien dónde apretar, cuáles son las debilidades de los demás y es allí cuando no escuchas razones, te sientas en tus trece y no hay explicación ni razones que te hagan cambiar de opinión.
Por un lado está bien que así sea, que defiendas tus opiniones, pero por otro debes aprender a escuchar y a sacar conclusiones de qué es lo que realmente te conviene. Hay que saber escuchar, a los adultos, a los niños, a los no tan niños y a los viejos, porque cada uno tiene vivencias de las cuales puedes sacar muchas cosas que te fortalezcan y que te hagan crecer. Aprender y aprehender de los demás.
Ahora estás lejos, sé que físicamente, y si bien hice mucho para que sea así, pues creo que te mereces lo mejor, extraño tu presencia, tus berrinches y tus locuras, tanto como tu amor, las tardes y mañanas y todos los días lindos que pasamos juntas. Tantas risas y alegrías que parecen resonar en todos los rincones, aunque mudos en ellos estás.
Hiciste mucho, para poder aguantar el ritmo de la Escuela de Los Niños Cantores, “El Instituto Domingo Zípoli”. Un gran esfuerzo compartido que hoy por hoy te está abriendo muchas puertas para desenvolverte en la vida y en la sociedad y que te ha dado una visión más amplia del mundo en todo sentido. Es lo que hoy te favorece para dar otro paso más hacia tu independencia, hacia tu libertad.
Nunca voy a olvidar el día de tu Colación de Grados cuando viniste y, entre besos, lágrimas y abrazos me dijiste toda emocionada:
-.....“¡Por fin nos recibimos má!”.....
Esta frase retumba siempre en mis oídos, porque allí vi en realidad la verdadera dimensión de tu comprensión de las cosas de la vida. Allí me tranquilicé y me dí cuenta que tal razonamiento no lo hace cualquiera y que pensar de esa forma, era una de las propiedades que te iban a hacer triunfar en la vida.
Quiero que tengas presente, que los padres no nacemos sabiendo “Cómo ser Padres”, ni hay escuela para ello, tenemos errores humanos, y siempre pensando que hacemos lo mejor para nuestros hijos. Son ustedes justamente los que notan nuestras deficiencias, entonces no cometas los mismos errores que alguna vez me marcaste.
Sí debes tener en cuenta que algo bueno habremos tenido como padres, precisamente y que lo fundamental que le debemos dar a nuestros hijos a ustedes no solo que no les ha faltado sino que se lo hemos marcado a sangre y fuego: buenas enseñanzas: honestidad, generosidad, gratitud, valores éticos y morales, la Defensa de los Derechos Humanos, practicar la solidaridad, el amor a la naturaleza, el esfuerzo de ser buenas personas “Útiles a la Sociedad”, (Como escribió una vez tu hermano Pablo en una carta que me hizo para el Día del Maestro), luchar por la Vida, que es lo más hermoso que tenemos. Son cosas que debes rescatar y capitalizar que te serán necesarias para desplegar todas tus potencialidades y realizarte como persona.
Tienes todas las cartas en tus manos, vos elegís, para eso te dí siempre toda la Libertad que un hijo se merece..................
Sil.....Salsipuedes, noviembre de 2004.-


TUS HIJOS
(del Libro "El Profeta")

Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.”

Yibrán Jalil Yibrán (1883, 1931)
Poeta, pintor, novelista y ensayista libanés

1 comentario:

  1. K´risa!!! Cuando Pablo era pabli, niñito de pocos años, su tía baia le contaba cuentos de terror, haciendo teatro, protagonizando a seres astutos, malvados y a veces amorosos, como los cuentos del pato-pico.También le personifiké a makiavelo. El borgia malvado era el hermano de la bella lucrecia...jeje.Recuerdo k le fascinaban las de drácula!!! Se tapaba la carita y al rato con las manos en plan namasté me decía: "oto cuentito, baia, po'favó"

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